
Todos somos sensibles al tacto pero los niños y el bebé
lo son mucho más y repercuten de manera considerable
en su desarrollo afectivo y físico.
Con la reflexología se pueden aliviar el estrés infantil,
los cólicos, el estreñimiento, dolores de encías, afecciones
en las vías respiratorias, mejorar la circulación, etc.
Colocamos un poquito de crema de bebé en las manos
o un poco de aceite de bebé y masajeamos los pies del
bebé con una presión muy suave; los deditos del pie
son puntos reflejos del área de la cabeza, después de
los dedos viene el área del pecho pulmón, en la parte
central estómago, páncreas, riñon y más abajo los intestinos.
El arco del pie es la columna vertebral.
La reflexología es una técnica y sin duda la especialista
debe aplicar la técnica sobre todo a personas enfermas.
Sin embargo podemos con toda tranquilidad
dar un masaje agradable y relajante a los
pies de nuestro bebé y repotenciar su sistema inmunológico.